viernes, 19 de junio de 2015

Sheccid

Estaban eufóricos. Me observaban con desdén, traté de encender un cigarrillo para espantarles, pero el humo sólo los enloqueció. Peleaban para romper sus cadenas; que poco a poco cedían. Una parpadeante luz dejó todo en silencio. Y en la densa niebla se lograba vislumbrar una silueta, tras cada segundo veía como se acercaba, cerré los ojos instintivamente. Sentí sus brazos rodearme y abrazarme con fuerza.
"Tranquilo, no hay nada que temer. Yo te cuidaré, me puedes llamar Sheccid. Soy tu pesadilla de la guarda."